Ir al contenido principal

La decadencia de la clase dominante y sus intelectuales

Gibran Hernández

Apenas hace unos días escribía sobre el mal uso de los términos políticos y económicos que hacen los partidarios de la derecha, cuando me encontré con la más ridícula de las encuestas en línea preguntando si creemos que vamos hacia el comunismo. Tenía hasta donde la vi, miles de votos de personas reales afimando que efectivamente, creen que tenemos una transición a la fase final del desarrollo económico de la historia humana que describía Marx en sus obras. Estoy completamente convencido de que jamás han leído ni siquiera la definición de un diccionario sobre los términos comunismo y socialismo.


Entiendo perfectamente que las personas que se saben de derechas, lo admitan abiertamente o no, estén en desacuerdo con cualquier política que discrepe de su visión del mundo: los pocos de ellos que dirigen con sus opiniones y columnas a la poca gente que aún les cree, son de hecho de la clase privilegiada y ven amenazados sus intereses personales con el cumplimiento de la ley, pues subcontratan trabajadores por una miseria, sin darles derechos laborales constitucionales, maquillan sus declaraciones patrimoniales y fiscales para obtener exenciones o prefieren irse a juicios largos y caros con tal de no cumplir con sus obligaciones tributarias. Utilizan prestanombres para adquirir ilegalmente terrenos, monopolizar negocios, controlan los medios pues son de su propiedad, para moldear la opinión pública a su favor. La llegada de la transición democrática y el cambio de dirección económica les afecta directamente. Hasta ahí me resulta comprensible que se confronten abiertamente e intenten incidir en la política nacional para volver a tener sus privilegios y no responsabilizarse de sus actos ilegales, hasta las últimas consecuencias que les permita su poder económico.


La parte que me resulta deplorable y triste es ver que algunos de ellos (o quizá todos, espero en verdad que no) realmente creen en su propia propaganda: desconocen completamente la historia de las ideas políticas o la han estudiado a modo en sus pomposas universidades exclusivas, donde cada texto del programa educativo ha sido seleccionado cuidadosamente para mantener impoluta su ideología, para que de ninguna manera salga de sus filas un rojo, un adversario, alguien que pueda contaminar la mente de sus jóvenes y contagiarla de ideas “nocivas” como responsabilizarse de sus actos, tener empatía por los que no son parte de su clase social, verlos como seres humanos con plenos derechos que únicamente no nacieron con su suerte: no les tocó la lotería de la vida de ser hijos de padres pudientes, pero no por ello dejan de ser iguales en la democracia. Ésto último parece de hecho indignarles en sobremanera y se nota en la evidente rabia de cierta conferencista-analista de alcurnia que enfurece al compartir panel con un intelectual de izquierda rechoncho, muy joven, muy moreno, de extracción popular, que la ha exhibido en su ineptitud y deshonestidad cada que tienen algún intercambio de puntos de vista: ¿cómo se atreve ese joven a ponerse como igual ante la gran maestra del campus más exclusivo y elitista? ¿cómo es posible que le den el mismo espacio que a ella?. Y así leo a sus columnistas, unos más radicales que otros, algunos más adornados en su lenguaje, pero la diatriba es esencialmente la misma: pobre, vergonzosa, indigna de alguien que se dice intelectual. No porque sean de derecha, sino por la deshonestidad, la ignorancia, la tergiversación, la mentira, y penosos episodios cada vez más frecuentes de que comparten noticias falsas o hasta bromas que no entendieron, con la esperanza de golpear políticamente a éste régimen que tanto odian y al que ahora llaman dictatura comunista, sin ningún sentido.


Quisiera pensar que lo hacen como parte de una estrategia para asustar a la población, pero no les funciona, por el contrario, les tunden en redes y cada vez tienen más repudio, desprestigio y son objeto de burla: la comidilla de todos los comentarios políticos. Estamos ante la decadencia franca de la clase dominante y es penosa, pero también muy preocupante, pues sus fortunas y su poder arrastran el destino nacional. Y en su fanatismo ya se plantean que el país o es de ellos o será de nadie. Aterrador.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La desvergüenza panista

Gibran Hernández A los funcionarios de la cuarta transformación y al presidente les critican literalmente hasta los zapatos, pero del caos espantoso en que tienen sumido a Guanajuato, no dicen nada. Así ha sido siempre el PAN, ese partido de derecha que jamás se ha asumido como tal, el que está contra los derechos reproductivos de las mujeres pero se dice feminista, que sumió al país en una guerra con miles de muertos a los que llamó daños colaterales y jamás aceptó que la estrategia fue fallida, menos los nexos del narcotráfico de su secretario de seguridad, Genaro García Luna, que hoy enfrenta un juicio en EEUU, los que ahora lloriquean por la libertad de expresión defendiendo a un racista descarado como es Chumel Torres, pero en su momento celebraron que Aristegui fuera despedida de MVS, callaron ante las amenazas de muerte a Lydia Cacho y Anabel Hernández, a quienes persiguieron y tuvieron incluso que exiliarse para salvar sus vidas. Es interminable el rosario de infamias y...

El vicio de alimentar el sesgo cognitivo

Gibran Hernández Creo que ninguna tendencia política, ni filosófica, incluso científica, escapa a éste vicio, quizá sea tan viejo como la humanidad misma. Me refiero a esa costumbre que adquirimos de sólo consumir información favorable a nuestro pensamiento, a evitar conocer al menos otras perspectivas, ya no digamos a renunciar a algún sesgo cognitivo arraigado en nuestra conciencia. En el caso de la izquierda por ejemplo es esa tendencia a leernos entre nosotros y manejar información que nos dice que todo va de acuerdo a nuestras conjeturas y predicciones políticas, sobretodo cuando “ganamos” alguna posición o batalla y decidimos entonces bajar la guardia pensando que la mayoría está informado, formado y consciente de la misma manera que nosotros, que todos los compañeros son camaradas racionales que dialogan en un alto nivel intelectual, con un profundo entendimiento hasta de la geopolítica: no es así. Como en todo hay diferencias y no sólo me refiero a las distintas fac...

Samuel, el privilegiado de rancho

Desde hace días no paramos en todos los medios y redes sociales de comentar sobre las declaraciones ridículas e indignantes, una tras otra, del vergonzoso senador Samuel García. Lo peor es que lejos de reconocer que son sus mismas palabras clasistas, ignorantes y necias las que lo condenan y él mismo ha publicado, acusa una siniestra operación en su contra, orquestada por granjas de bots de MORENA, demostrando su incapacidad de reconocer el error y lo aberrante que es su manera de pensar: él mismo ha afirmado que es envidia de los pobres a su éxito y que es temor de sus adversarios políticos imaginarios a su supuesto repunte, cosa falsa pues es el último lugar en las encuestas para gobernar su estado natal. ¿Cómo se forma a alguien tan ajeno a la realidad nacional y cómo es posible que alguien así, con tanta ignorancia del país que pretende gobernar, crea que es el más indicado para la función pública? Como bien le respondió el presidente en su conferencia diaria, es una cu...