Ir al contenido principal

Ser argüendero no es ser radical

 


Es preocupante que la unidad de la izquierda democrática e institucional se rompa por el protagonismo y ambiciones de personajes obtusos, demagogos y con infantilismo político.

Siempre he sido muy crítico con ese tipo de políticos que desgraciadamente impresionan mucho al pueblo con sus espectáculos mediáticos: vociferan, gritan, se autopromocionan haciendo escándalos por cosas insignificantes, les gusta o buscan ser arrestados para que la gente los considere uno más del pueblo, incluso a veces aciertan en el sentir popular increpando directamente a algún corrupto pero en la realidad política profunda son los primeros en despotricar y atacar a la izquierda en cuanto no se cumplen sus caprichos y objetivos individuales, porque en el fondo no les interesan los procesos históricos y sociales que gestamos en colectivo, salvo que ellos puedan ser los héroes de la gesta y ser cargados en hombros por la multitud. En los peores casos únicamente son farsantes y buscan los cargos de elección popular para darse la gran vida, tener prestigio, ir escalando en la función pública para enaltecer su ego. Por eso no tienen reparo en aliarse con personajes impresentables para conseguirlo, por eso en cuanto alguien les cuestiona sus actos responden con rabia y acusaciones infundadas, pero que saben bien que sus simpatizantes, no van a cuestionar. 

Se aprovechan de la visceralidad y poca profundidad política de los ciudadanos que, aunque bien intencionados, prefieren lo que da la apariencia de radicalismo, de valor y arrojo. Creen que vociferar es tener valor aunque eso nunca vaya acompañado de un programa político de peso, una estructura y planificación, de una comprensión de la política real y no sólo de apelar a las pasiones momentáneas. Son más histriónicos que verdaderos estadistas, más argüende que trabajo y convicciones reales.

Radical sería proponer una transformación profunda basada en realidades, con objetivos claros, sin aspavientos, sin pretender reflectores y manteniendo los principios, no operar con el vicio de que el fin justifica los medios, sino aquello por lo que muchos admiramos al presidente: por mantenerse firme aún cuando podría ceder al capricho del autoritarismo, a la venganza y al ejercicio espurio del poder, pero no, le da voz incluso a los adversarios, pues es lo que un demócrata genuino hace.

 En cambio esos personajes que menciono no tienen reparo el soltar calumnias al aire cuando no se cumplen sus deseos o alguien les lleva la contraria, porque carecen de la entereza y el carácter para enfrentar las adversidades con estoicismo y dignidad. 

No son radicales, sólo son argüenderos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La desvergüenza panista

Gibran Hernández A los funcionarios de la cuarta transformación y al presidente les critican literalmente hasta los zapatos, pero del caos espantoso en que tienen sumido a Guanajuato, no dicen nada. Así ha sido siempre el PAN, ese partido de derecha que jamás se ha asumido como tal, el que está contra los derechos reproductivos de las mujeres pero se dice feminista, que sumió al país en una guerra con miles de muertos a los que llamó daños colaterales y jamás aceptó que la estrategia fue fallida, menos los nexos del narcotráfico de su secretario de seguridad, Genaro García Luna, que hoy enfrenta un juicio en EEUU, los que ahora lloriquean por la libertad de expresión defendiendo a un racista descarado como es Chumel Torres, pero en su momento celebraron que Aristegui fuera despedida de MVS, callaron ante las amenazas de muerte a Lydia Cacho y Anabel Hernández, a quienes persiguieron y tuvieron incluso que exiliarse para salvar sus vidas. Es interminable el rosario de infamias y...

El vicio de alimentar el sesgo cognitivo

Gibran Hernández Creo que ninguna tendencia política, ni filosófica, incluso científica, escapa a éste vicio, quizá sea tan viejo como la humanidad misma. Me refiero a esa costumbre que adquirimos de sólo consumir información favorable a nuestro pensamiento, a evitar conocer al menos otras perspectivas, ya no digamos a renunciar a algún sesgo cognitivo arraigado en nuestra conciencia. En el caso de la izquierda por ejemplo es esa tendencia a leernos entre nosotros y manejar información que nos dice que todo va de acuerdo a nuestras conjeturas y predicciones políticas, sobretodo cuando “ganamos” alguna posición o batalla y decidimos entonces bajar la guardia pensando que la mayoría está informado, formado y consciente de la misma manera que nosotros, que todos los compañeros son camaradas racionales que dialogan en un alto nivel intelectual, con un profundo entendimiento hasta de la geopolítica: no es así. Como en todo hay diferencias y no sólo me refiero a las distintas fac...

Samuel, el privilegiado de rancho

Desde hace días no paramos en todos los medios y redes sociales de comentar sobre las declaraciones ridículas e indignantes, una tras otra, del vergonzoso senador Samuel García. Lo peor es que lejos de reconocer que son sus mismas palabras clasistas, ignorantes y necias las que lo condenan y él mismo ha publicado, acusa una siniestra operación en su contra, orquestada por granjas de bots de MORENA, demostrando su incapacidad de reconocer el error y lo aberrante que es su manera de pensar: él mismo ha afirmado que es envidia de los pobres a su éxito y que es temor de sus adversarios políticos imaginarios a su supuesto repunte, cosa falsa pues es el último lugar en las encuestas para gobernar su estado natal. ¿Cómo se forma a alguien tan ajeno a la realidad nacional y cómo es posible que alguien así, con tanta ignorancia del país que pretende gobernar, crea que es el más indicado para la función pública? Como bien le respondió el presidente en su conferencia diaria, es una cu...