Apenas celebramos la pequeña victoria política que es que no obtuvieran presupuesto e impunidad los Calderón-Zavala para continuar con sus carreras delictivas y algunos necios columnistas, no sabemos si a sueldo o por ingenuidad política, escribieron indignados por el suceso, diciendo que celebramos su dolor o que vivimos del rencor y ésto sin duda es tan patético y absurdo que me veo en la necesidad de escribir éste artículo.
Estamos hablando de dos personajes impresentables a los que luchamos por enjuiciar por un rosario de crímenes contra la nación, agravios tremendos a saber: primeramente la usurpación ilegal de la presidencia donde hay testimonios fílmicos, fotográficos y escritos de la alteración masiva de actas, urnas y que aún así apenas lograron un escaso margen para arreglar la votación. Tuvieron que entrar por la puerta trasera de la historia. Después está la infame y falsa guerra del narcotráfico que tantas vidas civiles arrebató en esa simulación asquerosa donde jamás se atacó la estructura financiera del crimen organizado, como sí se hace ahora y encima teníamos de encargado de la seguridad nacional a un delincuente peligroso, ahora juzgado en EEUU. Las miserables acusaciones a las víctimas agraviaron incluso a estudiantes inocentes y fue Calderón quien los incriminó sin pruebas. Su esposa no sólo buscó la impunidad para sus familiares en la dolorosa tragedia de la guardería ABC, sino que también estaba implicada desde el fraude electoral a través de su hermano Hildebrando y puso a toda su familia a vivir del erario, sin ninguna vergüenza.
Así que los columnistas que defienden a ese par de impresentables y atacan al presidente por señalar la verdad se ven no sólo ridículos, sino deplorables defendiendo lo indefendible: ese matrimonio de usurpadores está fuera de la contienda electoral porque sus corruptelas fueron tan escandalosas que ni sus aliados en el INE pudieron dejarlas pasar por alto, pues los mexicanos estamos hartos de las transas de esa familia delincuencial.
En algún momento los citará sin duda el juez Cogan y si no, aquí también se les prepara un juicio, que es un clamor popular, pero dada la porquería que aún persiste en el poder judicial, desgraciadamente será mejor que los juzguen fuera de México.
Sí: nos alegra que un poco, casi nada, del dolor que le han producido a millones de mexicanos, se les devuelva, únicamente porque no verán más dinero de los contribuyentes. También porque sus corruptelas no funcionaron y no los veremos orquestar otro fraude electoral. Sí, lo celebramos.
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