Es de pena ajena cómo se contradicen y prácticamente se ahogan en su propia rabia los derechistas cuando comparan con Fidel Castro y Hugo Chávez al presidente, pero luego te dicen que no es de izquierda, que es un dictador, pero también que no toma decisiones y no se dan cuenta de lo ridículos que se ven.
También cuando te dicen que sólo son apartidistas y todos son iguales pero nunca, jamás, dicen nada cuando sale un caso de corrupción del PRI o del PAN, de hecho gran parte de ellos antes de 2018 no opinaban de política. Y ahora lo hacen diciendo kks, maromas, chairo resentido, con insultos, descalificaciones, faltas a la ortografía, a la sintaxis y con unos aires de grandeza, de autoridad intelectual, queriendo darnos lecciones a personas politizadas de toda la vida, compartiendo cadenas y noticias falsas a quienes leemos docenas de artículos diarios, que conocemos la historia nacional.
Les explicas o desmientes y te vuelven a insultar, saben que van a perder nuevamente las elecciones y lo único que pueden hacer es rabiar, volverse a subir a su pedestal imaginario de superioridad aunque vivan en el mismo arrabal que uno y hasta con más carencias, y cuando llegan a tener más igual da pena porque no saben comunicarse, no saben leer, no saben discutir como personas, parece más pelea de barra futbolera que discusión sobre la función pública, incluso tiene mucho menos nivel el asunto.
No entienden que precisamente por su baja politización, por su lenguaje vulgar, por su pobrísimo entendimiento de la realidad nacional y la política es que no sólo no convencen a nadie: hacen que uno los deje de considerar y evite el tema. Cada vez son menos pero más radicalizados, más intolerantes, más furibundos y más necios. Y no digo que no haya errores o cosas criticables: nosotros mismos las discutimos como son los candidatos chapulines, de farándula y los que no tienen preparación, los corruptos, etcétera.
Pero es eso, no inventarse tonterías infantiles e insultos, gritos y berrinches. Ya pasaron años y en lugar de entenderlo y subir el nivel han empeorado, así que me queda claro que ya no serán relevantes en el diálogo nacional y fue por elección propia, por su incapacidad de comprender que perdieron, que el adversario está más preparado y que descalificándolo no lo van a derrotar, sólo se quedan felices en su burbuja e imaginario tribal, pero seguirán perdiendo electores y espacios, por necios.
Si algunos somos unos "resentidos sociales", lo somos con justa razón: es normal tenerle resentimiento a la injusticia, a una realidad económica y social que nos fue adversa siempre sin razón: no elegimos nacer en la pobreza y que ésta fuera prácticamente infranqueable precisamente por los privilegios injustos creados por la corrupción y la desigualdad sistémica.
Pero si otros ahora son unos resentidos políticos lo son por elección propia: no esperen que la gente vote por ustedes a cambio de insultos y odio: no sean ridículos.
Comentarios
Publicar un comentario