Desde que se ganaron las elecciones en 2018 no ha habido un sólo día en el que la prensa privada no ataque rabiosamente a la izquierda y a la cuarta transformación sin descanso y en el que no se quejen a ocho columnas de que no tienen libertad de expresión en todos sus medios, vídeos, análisis y mesas de discusión financiadas por los opositores y la oligarquía.
Lo mismo han hecho los ultras variopintos que se autodenominan de izquierdas, de los anarquismos y de los activismos políticos que igualmente se han manifestado con lujo de violencia sin que prácticamente hayan tenido repercusiones legales: impunemente han atentado contra la vida de mujeres policías y otros manifestantes sin que a la fecha se les hayan fincado responsabilidades y se les giren las respectivas órdenes de aprehensión.
Por su parte el presidente y su gabinete lo que han hecho a lo largo de toda la gestión es utilizar las conferencias mañaneras y vespertinas para desmentir y aclarar cada calumnia, cada falsedad, cada desproporción y ataque lo cuál es visto como el peor y más imperdonable de los agravios por los periodistas de derechas, los ultras mencionados y por supuesto por sus patrocinadores que no patrones, personajes que van desde los dueños de los medios hasta políticos impresentables que resulta están desviando dinero público para financiar carísimos medios como LatinUs donde a diario se dedican a injuriar sin pruebas al gobierno actual pero callan ante los escándalos repugnantes como los desvíos a Andorra.
Francamente no sorprende a nadie que tenga dos dedos de frente pero al ciudadano común que no se informa a profundidad y confía en los medios vaya que le hacen creer que efectivamente no sólo no hay diferencias en ésta administración, sino que es el peor de los apocalipsis políticos y económicos de la historia nacional y que además están atacando a la prensa noble, imparcial y mártir que ellos por supuesto representan.
Nada más lejos de la verdad.
Lo único que defienden esos mercenarios de la desinformación son los intereses a los que sirven, el dinero de los dueños de sus medios que a su vez tienen vínculos políticos con la corrupción que se intenta desmantelar desde hace poco más de dos años y con el crimen organizado descaradamente.
Por supuesto que no van a dejar de fingir que son inmaculados líderes de opinión, intelectuales que "critican parejo" y que ahora lo hacen también con el peor de los gobiernos pero de la misma manera no dejaremos de exhibirlos en sus miserias y falsedades: ya sólo les queda el dinero e intentar taladrar en la opinión pública con sus calumnias, es comprensible que sea su única alternativa y estrategia al ver que cada vez se cierra más la pinza alrededor de sus delitos y pierden más poder. Pero son eso, patadas de ahogado.
Ya no tienen prestigio de ningún tipo, ya sólo les creen los más despistados o los que buscan mantener su sesgo cognitivo y político y la única libertad que defienden es la de su financiación ilícita, farsantes.
Comentarios
Publicar un comentario