Hay un grave problema de la intelectualidad mexicana en general y es su predisposición a seguir a las viejas figuras de autoridad y de supuesto prestigio, así como su tendencia a creer a pie juntillas en los medios, artículos de opinión y demás "información" afín a los intereses de la oligarquía. Considero que es una cuestión de búsqueda de identidad y pertenencia: sus profesores como sus modelos a seguir pertenecen a una determinada clase y círculo social, por lo cual es comprensible que no van a ser críticos con sus valores y realidades: Heberto Castillo fue una excepción afortunada, pero el común denominador es identificarse y defender a la propia tribu, familia, estrato, etcétera. Por eso es que leemos a personas con formación académica vasta expresar ideas de la ultraderecha más rancia como propias, a pesar de lo insensatas de sus declaraciones o les vemos repetir discursos y consignas vergonzosas que poco les faltan para alinearse al pensamiento de personaje...