Desde que se ganaron las elecciones en 2018 no ha habido un sólo día en el que la prensa privada no ataque rabiosamente a la izquierda y a la cuarta transformación sin descanso y en el que no se quejen a ocho columnas de que no tienen libertad de expresión en todos sus medios, vídeos, análisis y mesas de discusión financiadas por los opositores y la oligarquía. Lo mismo han hecho los ultras variopintos que se autodenominan de izquierdas, de los anarquismos y de los activismos políticos que igualmente se han manifestado con lujo de violencia sin que prácticamente hayan tenido repercusiones legales: impunemente han atentado contra la vida de mujeres policías y otros manifestantes sin que a la fecha se les hayan fincado responsabilidades y se les giren las respectivas órdenes de aprehensión. Por su parte el presidente y su gabinete lo que han hecho a lo largo de toda la gestión es utilizar las conferencias mañaneras y vespertinas para desmentir y aclarar cada calumnia, cada falsedad, cada...